martes, 22 de julio de 2014

Los abusos sexuales y la violación de niños

Los abusos sexuales y la violación de niños: Los Bacha Bazi, un símbolo de poder y estatus en Afganistán

En un país en el que la miseria y los conflictos armados están a la orden del día, los Bacha Bazi, literalmente “niños juguete” proliferan. Son niños entre los 10 y los 18 años, cosificados y comprados por señores de la guerra y hombres de negocios para ser utilizados como objetos sexuales. Los obligan a travestirse y a maquillarse para bailar y cantar delante de un grupo de hombres en fiestas privadas.
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Así mismo, son forzados a mantener relaciones sexuales ya sea con su dueño o con el resto de los participantes, con el riesgo de ser apaleados e incluso asesinados si no cumplen con los deseos de su señor.
Abundante pobreza y precariedad infantil
La desastrosa situación en la que se encuentran los infantes en Afganistán, se debe a los numerosos conflictos activos en las diversas regiones, provocando desplazamientos forzosos, falta de acceso al agua potable, hambruna y violencia sistémica. En este caos en el que muchas familias no pueden subsistir (en 2008, el 36 % de la población estaba por debajo del umbral de la pobreza) los padres venden a sus hijos a cambio de una suma de dinero. Además, en caso de que la familia pierda al marido, será el niño mayor el encargado de sustentarla ya que pasa a ser el cabeza de familia, viéndose obligado a recurrir a dichas prácticas.
Una tradición perversa, prohibida por los talibanes pero en auge actualmente
El documental “Los niños danzantes de Afganistán” de Najibullah Quraishi, abrió los ojos a muchos occidentales acerca de esta práctica ancestral tan poco denunciada. En él, no sólo vemos lo que aquí se explica, sino también que existen dos maneras de utilizar a los niños: para actuar delante de los hombres y para después ser abusados sexualmente por ellos o aquellos que, no siendo muy duchos en el arte del baile, se les deja exclusivamente para satisfacer las necesidades sexuales físicas.
Está legalmente prohibida y fue reprimida durante el régimen talibán. No obstante, parece que, en la actualidad, la permisividad de las autoridades para con los Bacha Bazi ha provocado su rápida expansión.
Los Bacha Bazi predominan en el norte pero se extienden por todo el país como consecuencia, por una parte, del ingente número de niños pobres que deambulan por las calles intentando sobrevivir como pueden y, por otro, del aumento de hombres ricos de negocios y grupos armados ilegales. Esta mezcla lleva aparejada la desdibujación de las líneas de justicia y moralidad.
Las fuerzas de seguridad afganas, inmersas en una gran corruptela y, en un país en el que la violencia es altamente frecuente con señores de la guerra y poca autoridad estatal arraigada, prácticas como esta, apoyadas por personas muy poderosas pertenecientes incluso a esferas gubernamentales, proliferan.
Símbolo de estatus y poder
Suelen ser entregados por los padres (las madres no tienen ningún tipo de autoridad) a cambio de dinero y de una promesa de que les enseñarán un oficio y no les faltará de nada. Es un tema tabú del que no se habla abiertamente, sin embargo, es practicado y es reconocido socialmente como un símbolo de estatus entre los que lo practican, entre quienes se incluyen personas que ahora tienen cargos públicos. Si el hombre tiene suficiente dinero, puede tener a unos cuantos Bacha Bazi, ya que le otorgan poder, influencia y estatus.
Los Bacha Bazi pertenecen a una persona que, por lo general, los utiliza durante el periodo de pubertad, mientras son imberbes, una vez cumplidos los 18 años son liberados y dejados a su suerte.
Argumentos a favor de los Bacha Bazi 
1. Tradición
 La tradición y la cultura son los argumentos más utilizados por aquellos que utilizan esta práctica para legitimarla. 
2. Inaccesibilidad a las mujeres y alta accesibilidad a los niños 
Se trata de la otra cara de la política que se sigue para con las mujeres: ocultándolas, segregándolas y relegándolas en todos los niveles. Las mujeres, al contrario que los niños, no son fácilmente accesibles, a pesar de que algunas de ellas ejercen la prostitución desde sus casas.
El normal desenvolvimiento de las relaciones sociales entre hombres y mujeres se ve dificultado por ciertas medidas, en concreto, en la etapa talibán (1996-2001) con la interpretación estricta de la Sharia, que no permitía a una mujer salir sola de casa, ni trabajar fuera de su hogar.
Esclavitud sexual, abusos y asesinatos
Aunque la mayoría niega utilizarlos también para fines sexuales, después de los bailes, suelen ser violados por un grupo de hombres.
Si los dueños exigen a un Bacha Bazi bailar o tener relaciones sexuales y este se niega, corre un alto riesgo de ser apaleado e, incluso, asesinado, como pasa en ocasiones.
Consecuencias a todos los niveles para los Bacha Bazi
Además de las evidentes secuelas físicas y psicológicas que acarrea esta práctica para los Bacha Bazi, genera un círculo vicioso, ya que algunos de ellos anhelan continuar, una vez que adquieren la mayoría de edad, con esa “tradición”, comprar niños y utilizarlos de esta forma. Lo que esto provoca es una retroalimentación y perpetuación del sistema patriarcal en el que, el hombre adulto ejerce su fuerza para mantener la superioridad que ha conseguido imponer en la sociedad, creyéndose el dueño y señor de los que considera como inferiores ya que incluso los trata como a animales. Este es el caso no sólo de los Bacha Bazi, sino también de las mujeres.

domingo, 20 de julio de 2014

mundo loco

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La protesta es un happening

La protesta es un happening

Malestar. ¿Quiénes son los rebeldes hoy? es la pregunta que da pie a un ensayo sobre movimientos y formas nuevas de resistencia.


Si lo primero es la protesta, lo segundo es el pensamiento. ¿Qué está pasando estos años en la segunda década del siglo XXI?” se pregunta Luis Diego Fernández en Los nuevos rebeldes. Artífices de sus propias formas de vida (Debate). En este libro, Fernández reflexiona sobre las formas de resistencia y de políticas actuales. Aborda las distintas experiencias de quienes deciden vivir en libertad, a veces oponiéndose a las formas legitimadas por el sistema. El autor menciona diferentes movimientos que salieron a las calle tras la crisis de 2008: la primavera árabe, los Indignados de España y Grecia, Occupy Wall Street, las manifestaciones de los estudiantes en Chile, los cacerolazos en Argentina o las masivas movilizaciones en Estambul y Río de Janeiro. “Esta nueva forma de activismo, diferente de la militancia orgánica o partidaria tradicional, incorpora diferentes estilos y mecánicas que atraviesan el happening político, la estetización, el nudismo o la teatralización. Son acciones que critican las estructuras obsoletas y parecen demandar otra forma de la política”, escribe Luis Diego Fernández.
–¿Cuáles son las formas de resistencia política más eficaces en la actualidad?
–Estos movimientos en general hacen una crítica al poder centralizado, una crítica a la autoridad, a la forma de representación tradicional clásica de los partidos políticos. Hay también una crítica al concepto de jerarquía. Creo –esta es la tesis del libro– que estos movimientos emergen porque hay un malestar. Porque en un esquema clásico de política como el que hoy tenemos es evidente que no hay respuestas para lo que piden, si no tendrían cierta canalización en los partidos políticos. En definitiva, creo que el tema fundamental es este concepto de malestar casi existencial.
–¿Qué grado de independencia con el mercado se puede lograr?
–Creo que uno siempre está negociando: la independencia totalmente radicalizada es un poco naïf y utópica. Hay ciertas determinaciones sociales, pero creo que la construcción de un espacio de libertad –lo que yo llamo espacio de microrresistencia, que es un concepto de Deleuze que retoma Onfray– es posible. De hecho vi experiencias de gente que vive en comunidad, tiene emprendimientos propios, viaja sin dinero. Es verdad que no es un cambio macro, un cambio totalizador, sino que está vinculado con la forma de vida: eso sí creo que es más viable que antes.
–¿Qué prácticas son las más frecuentes entre los que participan de las ideas libertarias?
–Uno puede pensar en clave ética, en clave política, en clave erótica y en clave económica. En clave política libertaria, algunos forman partidos políticos que, si bien no son anarquistas en un sentido estricto, toman ciertas ideas. En cuanto a la vida sexual, hay gente que practica el concepto de poliamor, que rompe con la idea de la pareja monogámica. Noto también que hay una crítica de ciertas visiones que yo llamo monosexuales para incursionar en la bisexualidad. En clave más económica, se puede ver gente que practica la autogestión. Un caso interesante es el del bitcoin, una moneda totalmente virtual, que se usa y que está al margen del control estatal. Hoy cotiza mil dólares cada unidad. Esto es increíble: cada vínculo se hace entre laptop o entre pc. Yo vendo un servicio y vos me das 5 bitcoin, con eso yo pago otra cosa. Eso es muy interesante, es algo que esta surgiendo y creo que de acá a unos años va a ser muy fuerte. En lo que tiene que ver con la ética, con el modo de vida, uno puede ver ahí muchos cambios: gente que vive en comunidad, gente que vive sola, en trío, que se desmarca de la estructura clásica familiar.
–En el libro registra la distinción que hace el filósofo francés Michel Onfray entre liberalismo liberal y liberalismo libertario, ¿cuáles son según su criterio las principales diferencias de esta diferencia?
–Hay una libertad que es liberal que es la libertad de comprar, vender, la libertad del mercado, es la libertad del estatus, los cargos: es la libertad a la que estamos acostumbrados casi todos. Uno en general se mueve con ese tipo de reconocimiento de dinero, de puestos, de cargos, de ascenso social, esa es un poco la libertad que Michel Onfray llama liberal. Hay otra libertad que es la libertaria que trata de romper con ese tipo de reconocimientos. Critica la jerarquía, no está en contra del libre mercado en un sentido estricto, pero trata de salirse de un mercado estandarizado, normalizado. Lo que uno puede ver es que todavía hay una forma de vida más normalizada –esa es una palabra que usa Foucault–, una forma de vida que suele ser más aceptada y que tiene que ver con ciertos valores que son de la mayoría. Una libertad en clave libertaria plantea valores que no están muy legitimados por la mayoría, que salen del consumismo, que salen del reconocimiento del estatus social, que tiene que ver efectivamente con la construcción de la propia forma de vida.

migrantes forzosos guerra en gaza

jueves, 17 de julio de 2014

protestas chile 18/7/2014

la foto 3

educación

Educación Gratuita Ahora

¿Pueden los estudiantes ser protagonistas de su propia educación?

Cuando la escuela, los padres y los medios fracasan


Luis Razeto M. · 3 días atrás 18:07
Chile, Columnas, Educación, Portada
Fotos de estudiantes
Muchos, tal vez la mayoría de los estudiantes de la enseñanza media, no aman la educación que reciben en sus colegios. Sienten que no les sirve. Que tantas horas del día durante tantos años sentados escuchando asignaturas que les proporcionan conocimientos fragmentarios cuya utilidad desconocen, enseñados por profesores desganados que muestran saber poco de aquello mismo que enseñan, lo sienten como un desperdicio de tiempos que podrían ocupar mejor en otras actividades: lúdicas, deportivas, vivenciales, conviviales, laborales, musicales, culturales, que les serían más placenteras y más libres, y quizá también más provechosas para su desarrollo personal.
Luis Razeto MNo les faltan motivos ni razones para sentir y pensar así. El propio sistema escolar está centrado en la obtención de notas y puntajes, y no en el aprendizaje de los conocimientos y saberes buscados porque estos tengan algún valor intrínseco o alguna utilidad práctica. Tampoco se orienta a la formación de actitudes y cualidades personales y sociales que les provean capacidades y competencias para vivir mejor, ni menos aún que les favorezcan el despliegue progresivo de su creatividad, autonomía y sociabilidad. La escuela los quiere pasivos y obedientes, o tal vez, más simplemente, se conforma con que no molesten demasiado.
¿Qué podemos pensar de una educación en que después de 12 años de enseñanza un gran porcentaje de los graduados apenas entiende lo que lee? Es evidente que los estudiantes – en su gran mayoría – no reciben buena educación en la escuela, y tampoco la obtienen de sus padres, que parecen haber desertado de sus funciones formativas tradicionales. Agobiados por sus propios problemas emocionales, laborales y económicos, y culturalmente desorientados en un mundo que cambia aceleradamente y cuyas novedades cotidianas son mejor asimiladas por sus hijos, muchísimos son los padres que han perdido la capacidad de hablarles, de enseñarles e incluso de ser escuchados por ellos. Son muchos los padres que se limitan a darles en el gusto en sus caprichos, en sus demandas y en sus exigencias.
En estos contextos escolares y familiares, los niños, adolescentes y jóvenes tienen otras dos importantes fuentes de aprendizaje respecto a cómo pensar, sentir, comportarse, relacionarse y actuar; pero ambas están orientadas en el sentido de la adaptación pasiva respecto del ambiente y el contexto social existente. Por un lado, los instruye y los adapta la televisión, los juegos de aplicación, la publicidad y el mercado, que los incitan al consumismo y los mantienen en la pasividad cultural. Por otro lado, aprenden unos de otros en sus grupos de edad, donde lo más habitual es que se generen comportamientos imitativos y tendencias gregarias y de adaptación, debido a la natural necesidad que experimenta cada uno de pertenecer al grupo y de ser aceptado por los iguales, con la consiguiente inhibición de las dinámicas de personalización y diferenciación.

¿Qué podemos pensar de una educación en que después de 12 años de enseñanza un gran porcentaje de los graduados apenas entiende lo que lee?

Es así que por las influencias convergentes de la escuela, de los padres, de la TV, la publicidad y el mercado, y de los propios grupos de edad y pertenencia, se inhibe en los muchachos la maduración y el crecimiento personal, y mientras crecen fisicamente a menudo permanecen mental, emocional e intelectualmente en un estado de infantilismo.
No todos, por supuesto. Se ‘salvan’ los que encuentran en el colegio un profesor o una profesora realmente motivado y dedicado a la enseñanza y la formación de sus alumnos; y los que tienen un padre o una madre que les trasmiten convicciones y valores sólidos; y los que se sustraen del consumismo y la banalidad de la televisión porque han desarrollado un espíritu crítico y un amor al saber y/o al arte; y los que forman parte de grupos de edad que por variadas cicunstancias han llegado a participar en causas sociales, ambientales o políticas. Pero son los menos. La mayoría permanece en la pasividad, en la dependencia y en el infantilismo, que parecieran ser lo que requiere ‘el sistema’ económico y político capitalista y estatista. La mayoría no recibe una verdadera educación.
Pero en esos muchachos así conformados por el ‘sistema’ permanece viva la chispa de rebeldía que nadie puede extinguir, porque es propia de la naturaleza espiritual del ser humano. Y ello hace pensar que es posible una salida. En efecto, los niños y los jóvenes, todos necesitan educación y aspiran a tenerla. Lo vienen manifestando desde hace años a través de movimientos estudiantiles que claman por una educación de calidad.
Es en este contexto que se hace necesario plantearse la pregunta de si pueden los estudiantes ser los protagonistas de su propia educación. Porque, dado que no la reciben en la escuela, ni de los padres, ni de la TV y el mercado, ni de sus grupos de edad, parece no quedarles sino la alternativa de la auto educación, esto es, la de ser los protagonistas de su propio proceso de enseñanza/aprendizaje y de formación y desarrollo personal y social. ¿Es ello posible?
En un primer nivel de respuesta hay que decir que siempre el aprendizaje y el desarrollo personal requieren la participación activa de cada uno. El aprendizaje, el estudio, el despliegue de la creatividad y de la libertad, son procesos que sólo pueden ser realizados por uno mismo sobre uno mismo. La escuela, los profesores, los padres, los libros, los medios, son solamente facilitadores del proceso, condiciones externas que lo favorecen o dificultan.
Pero la pregunta que he formulado intenta ir más allá de este primer nivel de respuesta, aludiendo no sólo al aprendizaje sino también a la enseñanza: ¿es posible la auto-educación, cuando los medios educativos formales fracasan en su función? A esta pregunta ofreceré una respuesta positiva, pero condicionada a que los mismos estudiantes tomen conciencia de ciertos hechos y que como consecuencia de ello asuman un nuevo protagonismo, tanto en el plano personal como en el de sus organizaciones.
Ante todo es preciso que sepan y que tomen conciencia de que la sociedad, los padres, los profesores, las escuelas, la televisión, la publicidad, el mercado, el Estado y los grupos de edad, que les entregan una educación tan insatisfactoria como la que reciben y que los mantiene profundamente insatisfechos, no están en condiciones de ofrecerles algo sustancialmente mejor. ‘Nadie da lo que no tiene’, es una sentencia antigua tras cuya obviedad se esconde una verdad muy profunda. Lo que ofrecen y trasmiten los educadores mencionados es lo que tienen y lo que saben hacer; es cierto que puede mejorar, pero a través de procesos prolongados de transformación, desarrollo y perfeccionamiento que requieren décadas de maduración, y que no ocurrirán si los mismos estudiantes no empiezan a generarlos mediante los procesos de auto-aprendizaje a que nos referimos. Entonces, es importante y necesario que sepan que no recibirán mucho, y que en consecuencia no esperen demasiado. La conciencia de esto es indispensable para adoptar una actitud activa y protagónica.
Dicho eso, observemos lo mismo desde otro ángulo: la sociedad, los padres, los profesores, las escuelas, la publicidad, el mercado, el Estado y los grupos de edad, les están ofreciendo y trasmitiendo lo que pueden y lo que saben darles, en las condiciones en que operan. Y si bien ello es insatisfactorio e insuficiente, no conviene desecharlo ni menospreciarlo, porque aunque poco, es lo que han llegado a saber, a crear y a organizar. Si no aprendemos de todo ello estaremos cerca de volver a un estado de barbarie, como el que se observa en algunos grupos marginales que rechazan todo lo existente y no están en condiciones de organizar algo mejor que lo reemplace. Los humanos necesitamos ser educados por la sociedad, porque instintiva, intuitiva y emocionalmente no estamos suficientemente habilitados para sobrevivir en sana convivencia.
Es importante asumir, entonces, que no se parte de cero, y que hay un aprendizaje que realizar. Ahora bien, el aprendizaje de aquello que la sociedad y sus componentes ofrecen a los estudiantes, no puede realizarse ni ser aprovechado realmente si uno se mantiene en modo pasivo. Frente a lo que se recibe es necesario adoptar una posición activa y crítica. Pues es su recepción pasiva lo que genera pasividad, dependencia y reproducción de la mediocridad.
Aristóteles decía que la inteligencia humana tiene dos lados, el intelecto pasivo y el intelecto activo. Aplicado esto a la educación de sí mismo, implicaría que tenemos siempre que ‘procesar’ personalmente lo que otros nos comunican. Si lo aplicáramos a la enseñanza escolar podría pensarse en distribuir la ‘hora de clase’ en tres momentos: unos 15 minutos en que el profesor enseña y los alumnos escuchan; otros 15 minutos en que los alumnos ‘procesan’ lo que escucharon; y 15 minutos finales en que los alumnos expresan (oralmente o por escrito) lo que aprendieron y pensaron. Un tercio para el intelecto pasivo, dos tercios para el activo, distribución del tiempo que indico solamente para graficar la idea.
Saber que la educación que se recibe es deficiente, y saber que en consecuencia ha de ser recepcionada y procesada críticamente, es lo que pone al joven estudiante en el punto de partida del proceso de autoaprendizaje. Y es también importante a la hora de identificar los objetivos que pueden plantearse en el marco de la educación escolar que reciben, y en la autoeducación que pueden concebir.
Cuando veo a los estudiantes ‘luchar’ por una educación pública que sea de igual calidad para todos me pregunto si tendrán o no siquiera la sospecha de que el Estado no les proporcionará, ni les podría ofrecer, sino una educación mediocre y orientada a formarlos en la pasividad. Esto se relaciona con algo más general que desconocen: que la primera y principal responsabilidad del Estado es garantizar el orden social, y la segunda, que la economía siga funcionando, que crezca y se reproduzca de modo ampliado. Si el Estado llega a fallar en esas sus principales funciones, la sociedad se tornaría caótica y las personas experimentarían gravísimos sufrimientos.
Pretender que el Estado sea motor de cambios estructurales profundos es un contrasentido, una ilusión, fomentada desde el interior del mismo orden político que busca y buscará siempre ‘encauzar’ todas las energías transformadoras que surjan en la sociedad, en el marco y al interior del orden social y político establecido. Todas las ‘reformas educacionales’ que se realicen en el sistema escolar público están y estarán enmarcadas en los objetivos propios del Estado, de garantizar el orden social e institucional, y de asegurar que la economía siga funcionando y que crezca conforme a sus dinámicas y a la división social del trabajo establecidas. Así es y así continuará siendo, mientras vivamos en la civilización capitalista y estatista en que estamos.
El Estado, que por su propia naturaleza implica una división de la sociedad entre dirigentes y dirigidos, gobernantes y gobernados, necesita ciudadanos bastante pasivos, que no sean muy críticos y que estén dispuestos a subordinarse. El funcionamiento de la economía capitalista necesita obreros, empleados, técnicos, profesionales, ejecutivos, empresarios, en determinadas proporciones de la población. La educación es organizada por el estado y por el mercado para ello.
Para asegurar el orden social y garantizar el funcionamiento de la economía, especialmente cuando abunda el malestar social, el Estado se presenta ante los ciudadanos como benefactor, como proveedor de los bienes y servicios que la gente le demanda. Este modo de organización y operación del Estado genera en la ciudadanía pasividad y una actitud de espera de beneficios; de esperar y de exigir que la solución de los problemas llegue desde arriba.
El famoso Estado benefactor tan alabado por muchos es un Estado que hace beneficencia, asistencialismo. Por eso es que al Estado se le pide y exige gratuidad. Es parte del juego entre el mercado y el Estado. El mercado exige competitividad, riesgo, y mantiene siempre la amenaza de la exclusión; el Estado se ofrece como protector social de los excluidos. El Estado ofrece gratuidad a cambio de subordinación y pasividad. En este contexto no hay igualdad posible.
Estoy seguro que los estudiantes, los jóvenes, no quieren jugar ese juego. Pero participan en él sin saberlo, cuando ‘luchan’ por universalizar la educación estatal y por exigir que sea gratuita. Con tal enfoque se mantienen en el marco del orden establecido, y aunque puedan creer que lo que postulan es muy revolucionario, de hecho terminan fomentando la pasividad y la dependencia.
Los estudiantes hacen bien en manifestar su descontento, en protestar, en rebelarse. Pero se equivocan en las ‘soluciones’ que proponen, cuando levantan la educación pública gratuita igual para todos como la gran solución. Podría ser que tengan razón en exigir que sea gratuita, porque es una educación mediocre, y en la medida en que así las familias puedan liberar recursos que destinar a dinámicas de auto-aprendizaje. Pero esto no va al fondo del asunto, que es que, en la educación y desde la educación, es necesario y urgente superar el capitalismo, que implica al mismo tiempo superar el estatismo. Es necesario y urgente comprender que el capitalismo y el estatismo son dos pilares igualmente fundantes de una civilización que es capitalista en lo económico y estatista en lo político, y que ambos confluyen en generar, asegurar y reproducir la desigualdad y la división de la sociedad, entre ricos y pobres, y entre dirigentes y dirigidos.
Lo que se requiere es una educación liberadora, capaz de generar en los estudiantes la creatividad, la autonomía y la solidaridad. Una educación que en tal sentido esté orientada hacia la creación y el tránsito hacia una nueva civilización. Pero como esta educación no la pueden proporcionar el Estado ni el mercado, es que hay que plantearse seriamente la cuestión del auto-aprendizaje, y de un nuevo y superior protagonismo de los estudiantes en su propia educación.
El capitalismo busca atrapar a los jóvenes con el consumismo. El estatismo los atrapa con la beneficencia, el asistencialismo y la gratuidad. Entre capitalismo y estatismo, pocos espacios quedan para promover el desarrrollo personal, la creatividad, la autonomía, la solidaridad. Pero es en esos espacios reducidos, o sea en los instersticios de tiempo y de oportunidades que dejan sin ocupar la escuela, los padres ausentes, la publicidad y la TV de las que se puede prescindir, es que se pueden generar procesos de desarrollo personal y dinámicas transformadoras, las que han de ser alternativas, esto es, no capitalistas y no estatistas, si se quiere realmente una transformación profunda: unos procesos que vayan creando una nueva economía, una nueva política, una nueva educación: participativas, integradoras, justas y solidarias.
En la formación de esas generaciones de jóvenes creativos, autónomos y solidarios que podrán con su actuar consecuente reemplazar las estructuras políticas, económicas y culturales por otras mejores, un papel importante lo cumplen los centros educacionales surgidos por iniciativa de personas y organizaciones de la sociedad civil, que aplican pedagogías ‘alternativas’ marcadamente centradas en el desarrollo personal y en el autoaprendizaje. Pero instituciones educativas de ese tipo son pocas y tienen una muy limitada cobertura social. De ahí la importancia de procesos de aprendizaje en que los estudiantes y sus organizaciones sean protagonistas de su propia educación, para lo cual pueden contar a veces con la colaboración de padres y de profesores conscientes y comprometidos, más a menudo con la de otros jóvenes que compartan similares propósitos, y casi siempre con los amplios accesos al conocimiento y a las artes que hoy son posibles a través de la internet y de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación.
Con este nuevo enfoque del problema de la educación no estoy sugiriendo que los estudiantes se desentiendan de la escuela y que dejen de presionar y exigir al Estado cambios y mejoramientos necesarios y urgentes en la educación escolar. Al contrario, ello es parte de su propio proceso de aprendizaje y auto-educación; pero más allá de todo ello, el nuevo protagonismo de los estudiantes que planteo los hará incidir transformadoramente, de verdad y en profundidad, en la educación y en el Estado. Porque al ser protagonistas de su propia educación y desarrollo personal y social, los hijos enseñarán a sus padres, los estudiantes a los profesores, los ciudadanos a los gobernantes. Y así podremos, entre todos, iniciar la creación de una nueva y superior civilización, creativa, autónoma y solidaria, no capitalista ni estatista.
Por Luis Razeto M.
Universitas Nueva Civilización
www.uvirtual.net

guerra de gaza 177/07/2014

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consumismo

la abuela terrorista

Abuela terrorista 2 en color reducido 731x1024 ¿Necesitados de un buen tirón de orejas?

Facebook está basado en el miedo a estar solo”

Zygmunt Bauman: “Facebook está basado en el miedo a estar solo”

“El imperio fundado por Mark Zuckerberg, está sustentado por el miedo de estar solo. Pero el único que habla realmente es el Papa Francisco”  Afirma el sociólogo Zygmunt Bauman en Lignano Sabbiadoro, protagonista de la XXX edición de Premio Hemingway.,  que lo incluye entre los ganadores de la categoría “Aventura del pensamiento”, junto con Abraham Yehoshua, Alice Albinia y Guido Guidi.
zygmunt bauman premio Zygmunt Bauman: “Facebook está basado en el miedo a estar solo”
El fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, ha ganado  50,000,000,000$ con su empresa, centrándose en nuestro miedo a la soledad, eso es Facebook”, esta es la reflexión sobre el rol de las redes sociales en la vida moderna del sociólogo Z. Bauman. “Nunca en la historia humana hubo tanta comunicación como hoy pero esta comunicación no desemboca en el diálogo, que es el desafío cultural más importante de nuestro tiempo. Nadie realmente habla. En Facebook jamás puede suceder que alguien se sienta rechazado o excluido. Siempre, veinticuatro horas al día, los siete días de la semana, habrá alguien dispuesto a recibir un mensaje o a responderlo”
Bauman menciona un capítulo del ensayo del sociólogo y periodista bielorruso Evgenij Morozov, La ingenuidad de la red, titulado “Por qué la KGB quiere que te inscribas en Facebook”: “Millones de usuarios de Facebook corren carreras para hacer públicos los aspectos más íntimos y por lo tanto más inaccesibles de sus propias intimidades –dice Bauman-. Y no sólo eso: de tus propias relaciones sociales, de sus propios pensamientos. Las redes sociales son el terreno de una forma de vigilancia voluntaria, hecha en casa, preferible a las agencias especializadas en las que operan profesionales del espionaje.”
Nos comunicamos en cajas de resonancia, volviendo a escuchar nuestras propias palabras.
Ejemplo de dialogo: El papa Francisco.
En realidad, nadie habla hoy, porque hablar es hablar con alguien que tiene ideas diferentes a las nuestra, conlleva el riesgo de equivocarse. El único ejemplo de diálogo en nuestro tiempo es el Papa Francisco, que quiso dar su primera entrevista a un periodista abiertamente ateo, Eugenio Scalfari . 
El miedo es la palabra clave en los últimos años, según Bauman, “existe una una inseguridad hacia el miedo existencial, es una idea que está en todas partes. Nos priva de un puerto seguro. El mundo globalizado es multicéntrico, millones de acontecimientos y decisiones espontaneas puede cambiar nuestras vidas a una gran velocidad.
Por otra parte, hoy en día, nadie es capaz de controlar los eventos que se cruzan en el mundo y sus consecuencias. Tampoco la política, se encuentra muy impotente, porque el principio de la soberanía territorial de hoy es una ilusión y los gobiernos del mundo globalizado ya no se controlan ese poder, es más, incluso no se pueden defender de esa poder.  El verdadero problema es que ninguna institución en el mundo es capaz de cumplir con el principio de interdependencia, la estructura del mundo ya no es regulada. 
Traducción del castellano al italiano de la entrevista en libreriamo.it. En caso de republicar, citar

relaciones disrruptivas

Sociología Divertida: La Educación de los Hijos de la Revolución Digital...

Sociología Divertida: La Educación de los Hijos de la Revolución Digital...:   No soy muy partidario de llevarme el trabajo a casa, pienso que los griegos antiguos hicieron muy bien dividiendo el día en tres par...

miércoles, 16 de julio de 2014

el poder le tiene miedo a internet entrevista

omingo, 6 de enero de 2008
Entrevista:Manuel Castells | PROFESOR DE SOCIOLOGÍA

"El poder tiene miedo de Internet"

S i alguien ha estudiado las interioridades de la sociedad de la información es el sociólogo Manuel Castells (Hellín, 1942). Su trilogía La era de la información: economía, sociedad y cultura ha sido traducida a 23 idiomas. Es uno de los primeros cerebros rescatados: volvió a España, a dirigir la investigación de la Universitat Oberta de Catalunya, en 2001, después de haber investigado e impartido clases durante 24 años en la Universidad de California, en Berkeley. Una de sus investigaciones más reciente es el Proyecto Internet Cataluña, en el que durante seis años ha analizado, mediante 15.000 entrevistas personales y 40.000 a través de la Red, los cambios que Internet introduce en la cultura y la organización social, y acaba de publicar, con Marina Subirats, Mujeres y hombres, ¿un amor imposible? (Alianza Editorial), donde aborda las consecuencias de estos cambios.
Internet amplifica la más vieja brecha social de la historia, que es el nivel de educación
Pregunta. Esta investigación muestra que Internet no favorece el aislamiento, como muchos creen, sino que las personas que más chatean son las más sociables.
Respuesta. Sí. Para nosotros no es ninguna sorpresa. La sorpresa es que ese resultado haya sido una sorpresa. Hay por lo menos 15 estudios importantes en el mundo que dan ese mismo resultado.
P. ¿Por qué cree que la idea contraria se ha extendido con éxito?
R. Los medios de comunicación tienen mucho que ver. Todos sabemos que las malas noticias son más noticia. Usted utiliza Internet, y sus hijos, también; pero resulta más interesante creer que está lleno de terroristas, de pornografía... Pensar que es un factor de alienación resulta más interesante que decir: Internet es la extensión de su vida. Si usted es sociable, será más sociable; si no lo es, Internet le ayudará un poquito, pero no mucho. Los medios son en cierto modo la expresión de lo que piensa la sociedad: la cuestión es por qué la sociedad piensa eso.
P. ¿Por miedo a lo nuevo?
R. Exacto. Pero miedo, ¿de quién? De la vieja sociedad a la nueva, de los padres a sus hijos, de las personas que tienen el poder anclado en un mundo tecnológica, social y culturalmente antiguo, respecto de lo que se les viene encima, que no entienden ni controlan y que perciben como un peligro, y en el fondo lo es. Porque Internet es un instrumento de libertad y de autonomía, cuando el poder siempre ha estado basado en el control de las personas, mediante el de información y comunicación. Pero esto se acaba. Porque Internet no se puede controlar.
P. Vivimos en una sociedad en la que la gestión de la visibilidad en la esfera pública mediática, como la define John J. Thompson, se ha convertido en la principal preocupación de cualquier institución, empresa u organismo. Pero el control de la imagen pública requiere medios que sean controlables, y si Internet no lo es...
R. No lo es, y eso explica por qué los poderes tienen miedo de Internet. Yo he estado en no sé cuántas comisiones asesoras de gobiernos e instituciones internacionales en los últimos 15 años, y la primera pregunta que los gobiernos hacen siempre es: ¿cómo podemos controlar Internet? La respuesta es siempre la misma: no se puede. Puede haber vigilancia, pero no control.
P. Si Internet es tan determinante de la vida social y económica, ¿su acceso puede ser el principal factor de exclusión?
R. No, el más importante seguirá siendo el acceso al trabajo y a la carrera profesional, y antes el nivel educativo, porque, sin educación, la tecnología no sirve para nada. En España, la llamada brecha digital es por cuestión de edad. Los datos están muy claros: entre los mayores de 55 años, sólo el 9% son usuarios de Internet, pero entre los menores de 25 años, son el 90%.
P. ¿Es, pues, sólo una cuestión de tiempo?
R. Cuando mi generación haya desaparecido, no habrá brecha digital en el acceso. Ahora bien, en la sociedad de Internet, lo complicado no es saber navegar, sino saber dónde ir, dónde buscar lo que se quiere encontrar y qué hacer con lo que se encuentra. Y esto requiere educación. En realidad, Internet amplifica la más vieja brecha social de la historia, que es el nivel de educación. Que un 55% de los adultos no haya completado en España la educación secundaria, ésa es la verdadera brecha digital.
P. En esta sociedad que tiende a ser tan líquida, en expresión de Zygmunt Bauman, en que todo cambia constantemente, y que cada vez está más globalizada, ¿puede aumentar la sensación de inseguridad, de que el mundo se mueve bajo nuestros pies?
R. Hay una nueva sociedad que yo he intentado definir teóricamente con el concepto de sociedad-red, y que no está muy lejos de la que define Bauman. Yo creo que, más que líquida, es una sociedad en que todo está articulado de forma transversal y hay menos control de las instituciones tradicionales.
P. ¿En qué sentido?
R. Se extiende la idea de que las instituciones centrales de la sociedad, el Estado y la familia tradicional, ya no funcionan. Entonces se nos mueve todo el suelo a la vez. Primero, la gente piensa que sus gobiernos no la representan y no son fiables. Empezamos, pues, mal. Segundo, piensan que el mercado les va bien a los que ganan y mal a los que pierden. Como la mayoría pierde, hay una desconfianza hacia lo que la lógica pura y dura del mercado le pueda proporcionar a la gente. Tercero, estamos globalizados; esto quiere decir que nuestro dinero está en algún flujo global que no controlamos, que la población se ve sometida a unas presiones migratorias muy fuertes, de modo que cada vez es más difícil encerrar a la gente en una cultura o en unas fronteras nacionales.
P. ¿Qué papel desempeña Internet en este proceso?
R. Por un lado, al permitirnos acceder a toda la información, aumenta la incertidumbre, pero al mismo tiempo es un instrumento clave para la autonomía de las personas, y esto es algo que hemos demostrado por primera vez en nuestra investigación. Cuanto más autónoma es una persona, más utiliza Internet. En nuestro trabajo hemos definido seis dimensiones de autonomía, y hemos comprobado que cuando una persona tiene un fuerte proyecto de autonomía, en cualquiera de esas dimensiones, utiliza Internet con mucha más frecuencia e intensidad. Y el uso de Internet refuerza a la vez su autonomía. Pero, claro, cuanto más controla una persona su vida, menos se fía de las instituciones.
P. Y mayor puede ser su frustración por la distancia que hay entre las posibilidades teóricas de participación y las que ejercen en la práctica, que se limitan a votar cada cuatro años, ¿no cree?
R. Sí, hay un desfase enorme entre la capacidad tecnológica y la cultura política. Muchos municipios han puesto puntos Wi-Fi de acceso, pero si al mismo tiempo no son capaces de articular un sistema de participación, sirven para que la gente organice mejor sus propias redes, pero no para participar en la vida pública. El problema es que el sistema político no está abierto a la participación, al diálogo constante con los ciudadanos, a la cultura de la autonomía, y, por tanto, estas tecnologías lo que hacen es distanciar todavía más la política de la ciudadanía.

La verdadera brecha es la educación

La "inteligencia artificial": el tesoro al final del arco iris

La verdadera brecha es la educación

Tener una computadora, estar conectado a Internet por sí mismo no modificará nuestra relación con la realidad. La educación es el camino para mejorar la vida de las personas. Una educación enfocada en el conocimiento como instancia superadora de la acumulación de informaciones y de habilidades. Un conocimiento consagrado al ser humano y no a la mera producción de bienes y servicios que apunten únicamente al incremento del consumo y de los beneficios económicos

El prestigioso sociólogo catalán Manuel Castells reflexiona en una entrevista publicada el 6 de enero en el diario “El País” de España acerca del lugar que ocupa Internet en la construcción de la sociedad contemporánea, subrayando la importancia de la educación y el temor que sigue ocasionando en el poder los usos sociales y colaborativos que se dan en la Red-

Leer entrevista a Castells “El poder le tiene miedo a Internet”.

Para ampliar:

Cerco a las descargas en la Red - publicado en “El País” 12 de enero de 2008


EL HEROÍSMO HISTORICO

Marzo 08, 2007

CIBERCULTURA Y TECNOVIRTUALIZACION DE LA HISTORIA

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Carlos Fajardo Fajardo
carfajardo@hotmail.com


Si el siglo XIX y la mayor parte del XX fueron siglos épicos, prestos a conquistar el futuro, preocupados por el progreso, la unidad nacional, el desarrollo y, sobre todo, ambiciosos de la "totalidad histórica", el XXI se presenta como un siglo ingrávido, desterritorializado por lo global, donde la historia se tecnovirtualiza a pasos vertiginosos.
La voluntad colectiva, como proceso para construir historia, junto a la confianza en la edificación de lo social y lo nacional, son los conceptos centrales de la modernidad triunfante que desde la Revolución Francesa y la independencia de la Unión Americana, se asumieron como vitales para salir de las trampas de una mentalidad premoderna. La racionalización de la realidad significaba creer en el progreso y el futuro, impulsar la movilidad de fuerzas, conquistar el poder económico y político, racionalizar el trabajo y las formas de producción (el mercado, la empresa y el consumo), construir una sociedad de bienestar con justicia social. De este historicismo racional se desprende la idea de Revolución, la cual, a la vez, está íntimamente unida a la concepción de tiempo lineal e irreversible proveniente del cristianismo y secularizada por la Modernidad de aventura. Unión entre razón y fe tras la conquista de una victoria concreta gracias a la unidad colectiva-el pueblo como soberano- en busca de su propio futuro. Destruir un orden antiguo hasta encontrar uno nuevo, subordinando las voluntades individuales a la "gran voluntad histórica" revolucionaria y épica. Heroísmo histórico unido a la fragua del "actor social" y a la "necesidad histórica" - tan importantes para el Iluminismo- como a la petición de una "responsabilidad histórica" - tan cara para el marxismo-.
El hombre como actor y autor de su propia historia; la razón y el sujeto edificando un mundo que supla la necesidad por libertad; la marcha hacia la Bella Totalidad; confianza en la praxis social conocedora de las leyes de la historia y transformadora de las mismas, son los supuestos de un historicismo activo y problemático, sintetizados en los procesos dialécticos de desgarramiento e integración. Al desear llegar al "para sí", la historia se ubica como la más importante fuerza colectiva que somete a las individualidades al Estado y a la objetividad social. Esta idea de unidad entre el ciudadano, la sociedad civil y las proclamas del historicismo activo, posee la pretensión de lograr una racionalización que garantice un orden social mejor cuyas consecuencias últimas son el dominio y la expansión de lo económico, lo político, lo cultural por el espacio de la vida cotidiana. Según su proclama, lo que vale para lo colectivo vale también para lo individual. Integración a lo objetivo, desintegración de lo subjetivo. Universalidad histórica cuya contraparte es la particularidad conflictiva y deseante de los sujetos sociales. Así, la idea de historicidad se asocia a una racionalización hegemónica que aparenta "armonía política" con la subjetivación comprometida en los proyectos de construcción de Nación, Estado, Libertad, Desarrollo, Futuro. La "responsabilidad histórica", tantas veces exigida a las individualidades, se entiende entonces como un concepto cargado de conflictos y digresiones que lleva, por una parte, la utopía de la racionalidad ético-política de bienestar social, pero por otra, la realidad de un despotismo dictatorial y totalitario, ejercido por la razón excluyente y homogeneizadora. La exigencia al individuo para que se institucionalice como sujeto heroico histórico, revelará sus resultados en los totalitarismos tanto de derecha como de izquierda en el siglo XX.
Las semejanzas entre la concepción cristiana y la modernidad respecto a la historia se manifiestan claras, y nos ayudan a comprender los objetivos concretos de ésta última en busca de una temporalidad secular racional. Dichas semejanzas podemos rastrearlas a través de las ideas que el cristianismo posee de la historia como tránsito y fatalidad, como tiempo lineal irreversible que conduce a la eternidad. De estos conceptos a la noción de utopía hay sólo un imperceptible paso. La trascendencia, que en el cristianismo está unida a la Providencia, en la modernidad se configuró en inmanencia del progreso y, en una escala mayor, en la confianza sobre el futuro. Estos son los antagonismos de una modernidad mesiánica que ha matado a Dios, pero lo ha buscado en otros reinos, es decir, en la utopía histórica, la cual trata de superar lo imperfecto por medio de una racionalidad económica y sociopolítica. La fatalidad, la catástrofe y el tránsito temporal cristianos se mutaron en la modernidad por la idea de Ruptura y Revolución. Lo irreversible se encuentra ya en la conciencia de lo lineal inevitable; el "Todavía no" utópico es la fuerza inmanente de la razón moderna que se aventura a conquistar metas en la trascendencia histórica. Gracias a los obstáculos que el tiempo lineal impone, la humanidad marcha por rupturas hacia la Gran Totalidad. Historia agónica junto a historia integrada. Fenomenología de la esperanza moderna mesiánica.
Pero, ¿qué ha pasado con estas teleologías histórico-modernas en la últimas décadas? ¿En qué se han mutado las propuestas de acción y praxis históricas, de actor social, responsabilidad y compromiso histórico? ¿Queda todavía un proyecto de ciudadanía política, integrada a la construcción de futuro, Nación, ruptura histórica?
El adiós a las revoluciones, el eclipse de la razón, como fue denominado por las escuelas críticas; el agotamiento de las ideas de Totalidad y Fundamento último, nos llevan a plantear nuevas formas de pensar la historia y lo social, formas que dialogan con las cartografías de un mundo económicamente globalizado y mundializado en su cultura; novedosos mapas atravesados y transformados por la revolución microelectrónica y la cibercultura postindustrial; rupturas profundas en los principios unitarios, universales de la racionalidad histórica. Crisis de sentidos últimos y de lo dado por supuesto.

HACIA UNA CIUDADANIA VIRTUAL
Vivimos tiempos de intercambios, de rupturas y unificaciones. La mayor parte de las esferas económicas y culturales se están desterritorializando. El mundo actual sufre y goza de su transitoriedad por espacios activos, movilizados gracias al gran macrorrelato del consumo y del mercado. Lo global se localiza para poder vender y expandir sus productos en la cotidianidad; a la vez se deslocaliza, construyendo memorias, imaginarios y sensibilidades masivas en un público comprador y consumidor de productos simbólicos y materiales. De allí sus contradicciones. Unifica y disuelve. Congrega imaginarios y mercados, como también dispersa las sensibilidades populares y regionales. En torno a esta amalgama geocultural, se encuentra una Tecnoesfera o Tecnocultura que invade lentamente la vida particular y colectiva de todos los continentes. La sociedad de la información, el flujo de las transmisiones telemáticas, se han constituido, junto al mercado y al consumo, en nuevos macrorrelatos para el siglo XXI, llenando los vacíos, angustias y derrotas que deja el hundimiento de los macroproyectos modernos. Internet, paralelo a los medios trasnacionales económicos y culturales, está ayudando a constituir una memoria colectiva mundial, que desterritorializa no sólo los procesos autónomos nacionales y regionales, sino la mayoría de categorías que se gestaron en una modernidad triunfante y en la modernización industrial creciente. Tal es nuestro contorno.
Puestos en cuestión los mitos de racionalización social, de horizonte, conciencia y compromiso histórico, de inmanencia en el futuro, progreso, desarrollo comunitario, unidad y búsqueda de la Gran Totalidad, las utopías últimas y descripciones dogmáticas del mundo; perdido el sentido de linealidad irreversible del tiempo y de historia agónica, la pretensión de volver al ciudadano un "actor social", que implica revolución y ruptura, suena inútil, pues se agota su pulsión política. El "Todavía no", asumido por la modernidad de aventura y vanguardista, ya no es posible en un mundo que necesita metas inmediatas y a su alcance. Así, al ponerse en crisis los sistemas fundamentalistas metafísicos de la fenomenología de la esperanza, se piensa en un ser sin horizontes históricos que asume una fenomenología de la inmediatez, donde todos los heroísmos colectivos pierden sentido y ya no son, por lo tanto, ejemplos a seguir. Desde entonces se reivindica el acontecimiento presente, instantáneo; se suprimen las proclamas y manifiestos propios de una cultura contestataria, se ensalzan los nihilismos pasivos en detrimento de los nihilismos combatientes. El voluntarismo histórico racional, tan grato a la Ilustración, queda reducido a una mermelada de productos museoficados e inútiles. La razón crítica secular, ha dado paso a la razón pragmática, empirio-crítica. De la frase de Schiller "sólo aquello que todavía no ha ocurrido no envejece", hemos pasado al eslogan "hacer más, ganar más tiempo, ser más fuertes". De la razón de la utopías al aburrimiento de la razón utópica.
La modernidad fue y ha sido historicista, determina su inmanencia temporal desde lo real concreto. De esta manera, se entiende su afán de transformación de las condiciones materiales, lo cual tuvo en su momento gran importancia. La posmodernidad cibercultural, en cambio, es trans-histórica y se determina desde lo virtual. Por ello el concepto de transformación -Revolución- no opera, en tanto que se impone lo ingrávido, la levedad, la trans-territorialización virtual. Si la modernidad convirtió a la naturaleza en Realidad, la posmodernidad tecnocultural está mutando la Realidad real en iconosfera telemática. De las guerras duras a las guerras blandas. De la historia a la trans-historia tecnovirtual.
El ser político, el sujeto histórico, la sociedad civil, sienten y legitiman la ingravidez con su deficiente -y a veces inexistente- sentido de participación ciudadana. Desgravitada la historia, como si asistiéramos a ella a través de un vídeo juego, ya no es importante plasmar en su cuerpo nuestra praxis e ideas de innovación. Como sujetos, vemos que nuestra acción no produce ningún sacudimiento real a escala colectiva, por lo que la frase de André Malraux "hay que dejar una cicatriz sobre la tierra" es un extraño y legendario sueño de los tiempos épicos del siglo XX. Pérdida de pertenencia y participación en la agonía social; reivindicación de la inutilidad virtualizada de la convivencia.
Los encuentros ciudadanos en la dependencia social, el diálogo vivo, real y creador de la cotidianidad con sus golpes, angustias y gratitudes, se ven ahora esfumados en una cultura que no dialoga sino que se insimisma, se des-encuentra por medio del mono-vídeo y de la evaporización de la palabra como constructora del Ser. La palabra- diálogo, tan importante para la edificación de la democracia real participativa, se cambia por el monologismo virtual, por la ciber o tele-ontología, cuya dictadura es aceptada y asimilada. Del café o el bar bohemios, con sus tertulias de encuentros ciudadanos, al café-net virtual o desencuentros de ciudadanos consumidores mundializados. Del espacio público local, que es a la vez concentración y digresión civil, al espacio virtual global, que es intimismo y desencuentro multicultural incivil.
Lo ideal sería que estas intimidades multiculturales -mundializadas en su imaginario por el mercado de objetos y simbólicas- formaran un espacio de participación y pertenencia desde lo global, constituyéndose en ciudadanías virtuales, cuya gestión política tuviera repercusión en la gerencia mundial, nacional y regional. De esta forma la pantallización y lo digital, facilitarían espacios públicos virtuales en red, cuya palabra iconosférica representativa, ayudara en la construcción de la sociedad civil concreta y en las demandas y ofertas de una cultura multiforme.
Sabemos que la Vídeo Política (Giovanni Sartori), la democracia digitalizada, la ciudadanía virtual, que se han ido formando en el mundo de la Internet, están manifestando su presencia real en algunos micro aspectos de la vida cultural y política, como en grupos de debate, encuentros de artistas, diálogos entre minorías, muy a pesar que en el chat entre los jockeys informáticos se observe una despolitización masiva y el consumo de excremencias culturales.
Al aprovechar la red digital para situarse en el mundo como sujetos activos y ciudadanos múltiples, aunque virtualizados, el sentimiento de ingravidez histórica puede irse superando hasta lograr una participación colectiva en algunos micro espacios o micro poderes reales.¿Una nueva forma de utopía histórica y de fenomenología de la esperanza? Estamos presenciando el nacimiento de unas utopías telemáticas y de actores sociales vídeo-prácticos, los que -sin retornar a las nociones de gravidez moderna- dejarán una cicatriz sobre la tierra blanda de las redes. Cambio de gnoseología y de concepto de praxis política. Pero a pesar de estos optimismos, sabemos también que los nuevos macro relatos: el consumo, el mercado e Internet, poseen un espíritu de invasión y ocupación total del espacio comunicativo; son sistemas globalitarios (Paul Virilio), globales y totalitarios, que construyen Estados-Red (Manuel Castells) y reparten su autoridad por lo largo de su estructura rizomática. Sus funciones ahora se han centrado en vigilar, anunciar y vender (Ignacio Ramonet). No sólo son "la calle comercial más larga del mundo" (Bill Gates), sino una central policiva planetaria, de control y vigilancia ciber, con policías virtuales que patrullan las autopistas informáticas de la "República electrónica" (Román Gubern). Internet vigila y vende, controla y, a veces, puede castigar con la indiferencia y aislamiento al ciudadano consumidor virtual. Vende consumidores a los anunciantes en los países que poseen infraestructura para la proyección y desarrollo en la red. Los países pobres quedan marginados de las nuevas formas del mercado global y del quehacer político virtual. A estos se les despolitiza y no se les incluye en los sistemas financieros mundiales, dejando a los sujetos inactivos y excluidos de las nuevas repúblicas y sociedades civiles virtuales.
Como propuesta, los ciudadanos virtualizados deben luchar para entrar al debate, creando espacios de diálogos activos con una profunda misión de resistencia a la despolitización de sus opiniones y participaciones. De allí surgirán nuevas fronteras y cartografías de confrontación política y cultural. Los espacios públicos multiculturales de los sujetos se podrán comunicar en su no presencia, a distancia, como comunidades invisibles que se integran al "País de Ninguna Parte" (R. Gubern) configurado por Internet. La resistencia de los sujetos virtuales ante la sensación de ineficacia de su praxis social, debe aprovechar todos los impactos que las tecnologías están produciendo en las estructuras tradicionales de lo real. Así, la noción de hiper concentración del tiempo y del espacio por la velocidad; la eliminación de los conceptos de trayecto (salida, viaje, llegada) y de tiempo lineal (presente, pasado, futuro); las visiones teleobjetivas; la ciber ontología, serán las bases de nuevas formas de actividad política y no propiamente la causa de rechazo y de tecnofobia por parte de algunos teóricos que ven en ellas un profundo golpe a la modernidad clásica crítica. De hecho, a partir de las redes, es factible (y se está ya produciendo) realizar una fuerte presencia de propuestas y actividades que impacten en la mundialización cultural, aprovechándose del mercado global y del consumo para construir públicos-lectores críticos, superando a los públicos-masa. Se trata de llegar al ágora virtual, cuya presencia es mínima en comparación con el hiper centro comercial, pero importante en la conformación de grupos multiculturales telemáticos prontos a establecer contacto escritural hasta lograr un microespacio público y político en la red.
Las tipologías y estructuras de Internet, con sus flujos asistemáticos, expansivos, dispersos, donde existe mucha información, hay que cualificarlos e integrarlos para que de esa "gran librería desordenada" como la llama Umberto Eco, se aproveche todo lo que sirva en la construcción de la sociedad civil global virtual. Asimilar su gran espacio público de frágiles y fugaces conexiones, hasta generar un intercambio proyectivo, sin olvidar que tal vez sea esto lo más difícil de conseguir debido a lo efímero de sus imaginarios reducidos al consumo, uso y deshecho, tres acciones que nos sumergen en la fenomenología de la inmediatez. Al realizar estos tres movimientos en la red el "ahora" toma la delantera, convirtiéndose en lo más importante, y el "aquí" poco interesa. Se hace visible entonces la des-realización de lo real concreto.
De tal manera que Internet ha edificado también una memoria que privilegia el presente al contraer el futuro y el pasado en el "ahora". Los cibernautas actuales y futuros están en vía de proyectar otra concepción de memoria que contradice a la tan exaltada y necesitada "memoria histórica" de la modernidad. He aquí que comenzamos a sentir el nacimiento de una historia de la inmediatez. El verso de T.S.Eliot en sus Cuatro Cuartetos se nos manifiesta en este "ahora" de forma aterradora: "si todo tiempo es eternamente presente / todo tiempo es irredimible. / Lo que podía haber sido es una abstracción / que queda como perpetua posibilidad / sólo en un mundo de especulación".
"Perpetua posibilidad". Tal vez esta memoria fugaz, simultánea, heterodoxa, múltiple, dispersa, imprecisa y mundializada, que va en contravía de una memoria grávida, crítica, histórica, se deba deconstruir y aprovechar desde un presente a distancia que se unifique e integre para formar aquella "Perpetua Posibilidad" poetizada por Eliot; esa constancia permanente de fundación de lenguajes y actividades en Internet, los cuales -aunque efímeros- sean el resultado de un mundo que está cambiando su idea de permanencia en la historia. Hacia una memoria global instantánea, inmediata, ubicua y fugaz. He aquí otra nueva categoría de lo virtual. ¿Cómo aprovecharla para la formación de ciudadanías y sujetos activos virtuales? Olvidándonos del concepto de permanencia. Las nuevas generaciones no desean permanecer sino vivir su vida despojados de heroísmos históricos, de compromisos frente a un macro futuro y un macro progreso. En la red y en lo real, su afán está en formar "tribus virtuales globales" y "tribus urbanas reales" que asuman sus gustos por lo inmediato y el desecho despreocupado.
Desde luego que las generaciones educadas por la virtualización, son demasiadas recientes para que hayan conformado una conciencia sobre su participación político- cultural en el mundo de la cibercultura, por lo que gerencian su desfachatez y poco interés hacia el concepto de acción histórica. Las sospechas sobre la politización y actividad creativa de esta tecno-generación es abundante en los círculos teóricos. Sólo una actitud diferente frente al auge y manejo de la vitualidad de lo social, facilitará el desplazamiento del pragmatismo tecnócrata y utensiliar hacia una praxis creativa resistente desde y por las redes telemáticas. Llegado el momento, las generaciones virtuales formarán sus acciones sociales y responsabilidades históricas, distintas, eso sí, a las tradiciones óntico-epistemológicas que han dominado hasta hoy día las concepciones occidentales.
Estos tipos de resistencias informáticas pueden ser una de las formas de confrontación que sobrevivan, al menos en cuanto los espacios públicos estén virtualizados y no produzcan ningún coste real los proyectos realizados por ciudadanos y activistas sociales. Como ya hemos dicho, en esto radica la importancia del trabajo de informáticos críticos los cuales, durante el siglo XXI, es posible que surjan como necesidad y posibilidad socio-política e histórica.
MARZO DE 2001

Carlos Fajardo Fajardo nació en Santiago de Cali. Poeta y ensayista. Filósofo de la Universidad del Cauca. Magíster en Literatura de la Pontificia Universidad Javeriana y candidato a Doctor en Literatura de la UNED (España). Se desempeña como profesor en la Universidad Distrital y Universidad INCCA de Colombia. Ha publicado entre otras obras Origen de Silencios. Fundación Banco de Estado, Popayán (1981), Serenidad Sitiada, Si Mañana Despierto Ediciones, Bogotá (1990), Veraneras, Si Mañana Despierto Ediciones, Santafé de Bogotá (1995), Atlas de callejerías. Trilce Editores, Santafé de Bogotá (1997) y varios ensayos nacional e internacionalmente. Ganador del premio de poesía Antonio Llanos, Santiago de Cali 1991; Mención de Honor en el Premio Jorge Isaacs 1996 y 1997, Mención de Honor Premio Ciudad de Bogotá,1994. Su libro Charlas a la Intemperie. Un estudio de las sensibilidades y estéticas de la modernidad y posmodernidad, fue publicado en noviembre del 2000 por la Universidad INCCA de Colombia.

© Carlos Fajardo Fajardo 2001
Espéculo. Revista de estudios literarios. Universidad Complutense de Madrid
Escrito por Parafrenia a las Marzo 8, 2007 12:11 AM | TrackBack

martes, 15 de julio de 2014

posmodeno

Durante el siglo XX, comienza a instalarse el desencanto de la humanidad. El ideal
del progreso indefinido a través de la ciencia y la tecnología, el ideal de unid
ad y
universalidad de la historia y de la razón humana, quedan cuestionados. Los
grandes relatos de la modernidad, que brindaban las claves universales para
pensar los fenómenos singulares, han entrado en crisis y aún no han sido
sustituidos por otros, gen
erando un vacío. La modernidad da lugar a un nuevo
momento de la cultura a la que Lyotard ( 1991) denomina “condición posmoderna”.
En este contexto, van surgiendo nuevas subjetividades, con la consiguiente carga
de angustia y ansiedad que ello conlleva. En
la actualidad, es común escuchar
malestares, efectos donde la imagen, lo instantáneo, el aislamiento, lo universal
han borrado el valor de la palabra, las diferencias, las identidades. Se busca el
cuerpo perfecto y con el auxilio de la industria farmacéut
ica, las cirugías, las
dietas, la buena imagen y la juventud pueden prolongarse, borrando con ello las
marcas del paso del tiempo. El imperativo es detener los signos de la vejez, y con
ello, diferentes productos del mercado prometen la fuente de la etern

6
signos del paso del tiempo que quedan impresos en el cuerpo parecen imponerse
victimizando sobre todo a las mu
jeres.
Los gerontólogos sostienen que uno de los duelos más severos de enfrentar en la
vejez, consiste en la percepción de no ser objeto de deseo por parte de los demás.
Pero esta condición no es semejante para varones y mujeres, sino que se aplica
con may
or peso a estas últimas. En ellas, los ideales centrados en la seducción, la
belleza corporal y la juventud son, según Irene Meler, atributos necesarios para
sentirse femenina y obtener el amor y reconocimiento del hombre. A la pérdida de
los atributos cor
porales y las consecuencias que ello puede acarrear, se le suma
que este cuerpo ha experimentado el cese de la capacidad reproductiva y perdería
aún más su valor social. Frente a esto podría advertir que ha comenzado a dejar
de ser mirada lo que llevaría a
generar desestabilización.
Así como en la mujer el mayor peso gira entorno a la imagen corporal, en el varón
se centra en las pérdidas relacionadas a la sexualidad. En el “ser viej@” y en “lo
más feo de envejecer...”, se registra una frecuenta de 8 y 16 re
spectivamente en
el varón, mientras que en la mujer, no hay registro de frecuencia (Ver Tabla 3). En
ellos, surgen expresiones tales como
“no poder tener sexo ”, “su sexualidad se
acaba ”, “es querer y no poder ”, “es perder las ganas de hacer el amor ”, “
es dejar
de ser viril”, “perder la sexualidad del joven ”, “perder la capacidad sexual

Dialoga y vencerás | Blog Humanum

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tribus y tecnopolitica



La aldea global
Antes eramos habitantes de un mundo construido desde nuestro hogar y donde a lo sumo leíamos sobre tiempos y lugares lejanos. Ahora vivimos en una aldea donde nos cruzamos permanentemente con todos los lugares y todos los tiempos, que muchas veces predominan sobre las personas y lugares con los que convivimos. El ancho mundo se ha convertido para nosotros en una pequeña aldea global, y las características de los medios vuelven a emerger en la sociedad comportamientos tribales (McLuhan, 1962)


De este forma, la aldea global podemos mirarla ahora como redes de aldeas, interconectadas, que influyen y son influidas por las demás, que no son idénticas pero sí tienen mucho en común y, sobre todo, están más relacionadas. Por lo que nos lleva a la teoría de la Sociedad Red, desarrollada por Manuel Castells, donde los intermediarios cada vez cuentan menos y existe la posibilidad de que cada quien tenga en sus manos cómo mostrarse al mundo, cómo relacionarse con él, mezclándose con las demás.
Al hilo de esto, es importante destacar el reciente desarrollo del concepto de tecnopolítica, “que es la capacidad organizativa masiva mediada por la red, es patrón de autoorganización política en la sociedad red, construcción de estados de ánimos empoderados y superación de bloqueos mediáticos”, es “una subjetivización política subterránea que recorre la sociedad y se va conformando y creciendo a lo largo de un planeta cada vez más interconectado” (Toret, 2013).http://sursiendo.com/blog/2013/12/las-aldeas-globales-sus-tribus-y-las-redes-que-construyen-sociedad/


Concepto. Tecnopolítica

Uno de los conceptos claves para la investigación es Tecnopolítica. Este concepto puede definirse ( provisoriamente ) así
Tecnopolítica : Uso táctico y estratégico de las herramientas digitales para la organización, comunicación y acción colectiva. La capacidad de la multitudes conectadas, de los cerebros y cuerpos en red para crear y automodular la acción colectiva.http://tecnopoliticay15m.wordpress.com/2012/08/01/concepto-tecnopolitica/

 

tecnopolitica y guerra


 Las redes socialeshttp://www.scoop.it/t/comunicacion-politica-publicaciones-academicas como arma de guerra En las guerras suenan disparos, en internet los clicks.http://www.scoop.it/t/comunicacion-politica-publicaciones-academicas

 





Al mismo tiempo que los cohetes de Hamás y los ataques israelíes se intensificaban en la Franja de Gaza, el hashtag promovido por Tyler Durden (@WasimAhmed89) #GazaUnderAttack se extendía como la pólvora en las redes sociales. Su mensaje, eso sí, era inexacto: se acompañaba de un montaje de fotos que no eran precisamente actuales. Las imágenes –tomadas en Siria, Irak y Gaza en el 2012– llegaron a alcanzar más de 8.300 retuits.
Haciéndose eco de la desinformación, la British Broadcasting Corporation (BBC) comunicaba esta semana que una investigación de la #BBCtrending había encontrado muchas más imágenes descontextualizadas haciendo uso del nombrado hashtag. “Algunas provienen de hasta 2009 y pertenecen a conflictos acaecidos en Siria e Irak”, reportó el medio de comunicación.
“Esto es Gaza ahora. Como de costumbre, no se mostrará en los periódicos”, tuiteaba una joven de 16 años, acompañando a la información con una fotografía tomada en noviembre de 2012.
Cómo detectar fotografías falsas en Twitter
Si eres de los que protege la objetividad en las redes sociales, quizá en más de una ocasión te has tenido que frenar a la hora de difundir cierto tipo de imágenes, pero ¿es posible detectar las fotografías falsas? ¿Quién las sube? ¿Se trata de una imagen nueva o antigua?
A diario se mueven millones de fotografías, infografías, montajes en las web y una vez que se empiezan a compartir en masa llega un momento en el que sus destinatarios pueden tomar esa información como verdadera cuando no lo es.
Los expertos recomiendan mirar la URL de la fotografía. En muchas de las imágenes falsas se dan frases incompletas y gran cantidad de abreviaturasEntre otros consejos, los investigadores recomiendan mirar la URL de la fotografía. Mientras que en las reales la dirección contiene un lenguaje más formal, en muchas de las imágenes falsas aparecen frases incompletas y gran cantidad de abreviaturas.
En Twitter aconsejan usar herramientas como Twit-Digest, que permite buscar tuits de una determinada temática en los que se evalúa su credibilidad con un número de estrellas, a la vez que aseguran que tu búsqueda, en el caso de no encontrar resultados, se llevará a cabo con la menor brevedad posible. Además, suele ser útil recurrir a Google: haciendo click derecho sobre la imagen y seleccionando "buscar esta imagen en Google" obtendremos resultados de páginas donde se encuentra esa foto.
En cuanto a la fecha concreta de la fotografía, las cámaras digitales imprimen un conjunto de datos como la fecha, hora, tipo de cámara y lentes utilizadas. Esta información se conoce como metadatos. Sin embargo, se necesitaría el original para conocerlos mediante una serie de programas de tratamiento como, por ejemplo, Adobe Photoshop o Google Picasa. A nivel usuario, resultaría difícil averiguar el origen de una imagen que recogemos en una red social, solo se conseguiría por el contexto de la misma.
En su día, la página especialista en virales BuzzFeed elaboró un cuestionario para poner a prueba a sus lectores: ¿te ves capaz de detectar fotos falsas en Twitter?
¿Quién publica el vídeo? ¿Se trata de uno nuevo o antiguo?
En cuanto a los vídeos, Amnistía Internacional ha creado una nueva página para descubrir su origen. La web, llamada Citizen Evidence Lab, permite realizar un amplio cuestionario online que ayuda a catalogar paso a paso el video investigado. Además, cuenta con varios tutoriales para aprender a buscar otras versiones en internet o cómo ubicar en Google Earth las imágenes de esa grabación.
La puesta en marcha de esta iniciativa, orientada sobre todo a vídeos de YouTube, pretende favorecer la colaboración entre periodistas profesionales y ciudadanos que quieran verificar vídeos de origen discutible.
Esta no es la primera vez que este tipo de información errónea golpea internet. El conflicto sirio, los disturbios en Irak y la muerte de Bin Laden ya han dado lugar a un tráfico masivo de fotografías erróneas.
Hoy, más del 60% de los menores de 35 años emplea como segunda fuente de información las redes sociales pero, desde Twitter, avisan que cualquier contenido, ya sea expuesto de forma pública o transmitido de manera privada, es responsabilidad exclusiva de la persona que lo generó. “No aprobamos, apoyamos, manifestamos o garantizamos que las comunicaciones realizadas a través de los servicios sean completas, veraces, precisas ni fiables. Bajo ninguna circunstancia asumirá Twitter responsabilidad alguna por el contenido”.
Las redes sociales como arma de guerra -/ Emma Bermúdez | Comunicación Política: publicaciones académicas | Scoop.it